Gloria a los creativos

Que hay publicidades malas y buenas no es noticia. Pero me despiertan curiosidad aquellas en las que siento que es realmente contraproducente la imagen que se da del producto, o que lo que se quiere vender está realmente mal vendido, o que se genera en el receptor cierta incomodidad o hasta violencia.

Creo que a la gran mayoría de las personas que vieron la publicidad de Alternativa Gratis en los vagones del tren Sarmiento les pasó esto último. La cara de Lalo Mir acompañada por un infeliz slogan que dice “más fácil que subirte a este tren” provoca casi instantáneamente dos reacciones típicas: la primera, que realmente genera violencia, sería un “ojalá fuera fácil viajar en este tren del orto”, y la segunda, sería “cómo se nota que estos tipos nunca viajaron en el Sarmiento, la concha de su madre”.

Pero nunca me había pasado que una publicidad me produzca cierto miedito. Musimundo puso afiches en donde invita a la gente a participar de un concurso en el que el ganador podrá ver el Mundial “con sus ídolos”. Yo pensé que se venía algo grosso en serio, y cuando vi la foto de cuatro muchachos alrededor de un sillón en donde quedaba un lugar (para el ganador del concurso, obviamente) divisé cuatro caras de mafiosos casi. Con una remera truchísima de la selección y una cara de culo que no se podía creer posaban Luis “no quiero quedar pelado” Islas, Oscar “Niembro me hace prensa” Ruggeri, Sebastián “a Tinelli le gusta cómo atajo” Saja y Guillermo “tengo biografía” Barros Schelotto.

Que vuelva Rambert a hablar con Dios, esas eran publicidades.